.- Estoy sentado frente a mi
máquina de escribir, mi mente está llena de sentimientos, dolor,
odio, miedo, amor. Junto fuerzas y comienzo a escribir...
"Dime ¿por
qué te amo?, dime ¿qué me has hecho?, ¿qué poción me has dado?,
porque no hay otra opción, no hay otra forma, porque me veo en tus
ojos y me pierdo en la inmensidad del universo, siento desaparecer y
a la vez crecer en el verde océano de tu mirada, déjame enseñarte
mi corazón, déjame mostrarte su interior, déjame hacerte ver quien
soy, y las infinitas maneras en que te amo, eres como un remolino de
ideas que hace girar mi cabeza hasta volverme loco, tengo que hacer
que me quieras, aunque eso no esté en mis manos sino en las del
destino, pero si sólo puedo hacer que pienses en mi , podré vivir
eternamente."
.- Empiezo a
transpirar, mi respiración es entrecortada, mis manos tiemblan, pero
debo seguir escribiendo...
"Dime ¿por
qué te amo?, ¿por qué pienso en ti?, ¿por qué despiertas en mi
los más bajos instintos y a la vez toda mi ternura?, ¿por qué me
esclavizas a esta maldita máquina?, siendo que mi único deseo es
vivir en libertad junto a ti, ¿cómo es posible que todo mi mundo se
haya reducido a ti?, que absolutamente todo en mi vida sea pensar en
ti. ¿Por qué este maldito masoquismo?, ¿por qué ese dolor, ese
dolor que busco por propio gusto?, ese dolor que me causa pensarte y
no tenerte."
.- Llorando abro
el cajón de mi escritorio, y tomo mi arma, la cual con mucha
delicadeza dejo a la derecha de mi máquina, al momento las lágrimas
de mis ojos se secan y continuo asesinándome...
"Dime ¿por
qué te amo?, y me liberaras de este castigo, ¿cómo es que me
enamoré sin conocerte siquiera?. En este momento sólo puedo pensar
que me he vuelto loco y la única medicina para mi locura es tu amor.
Desvarío, y no puedo imaginarte, no recuerdo tu rostro, mi vida ya
no tiene sentido, te amaré por siempre."
Comencé a
llorar una vez más, podía sentir como mis manos temblaban, observé
otra vez el arma, la tomé con mi mano derecha y la apunté a mi
cien, el cañón estaba frío, una gota de helado sudor corrió por
mi espalda, mi garganta estaba seca, mi dedo se deslizó sobre el
gatillo, y acariciándolo suavemente comenzó a presionarlo, pude
apreciar el ruido del tambor al correr y cuando terminó de girar,
cerrando mis ojos pude escuchar el estruendoso .....cilck, sí, el
arma estaba descargada. En ese momento me di cuenta de lo que hacía,
si el pequeño percutor hubiera encontrado una bala en su camino,
ésta se hubiera llevado mi vida, que aunque destruida vale mucho más
de lo que pienso. Tal vez tu amor no me corresponda, pero con
cobardía no lograré nada, es más, en lo más profundo de mi locura
he descubierto algo muy importante, aun estoy cuerdo.
~Enerone
~Enerone
No hay comentarios.:
Publicar un comentario