miércoles, 24 de junio de 2015

Crónica de un amor imposible


.- Estoy sentado frente a mi máquina de escribir, mi mente está llena de sentimientos, dolor, odio, miedo, amor. Junto fuerzas y comienzo a escribir...

"Dime ¿por qué te amo?, dime ¿qué me has hecho?, ¿qué poción me has dado?, porque no hay otra opción, no hay otra forma, porque me veo en tus ojos y me pierdo en la inmensidad del universo, siento desaparecer y a la vez crecer en el verde océano de tu mirada, déjame enseñarte mi corazón, déjame mostrarte su interior, déjame hacerte ver quien soy, y las infinitas maneras en que te amo, eres como un remolino de ideas que hace girar mi cabeza hasta volverme loco, tengo que hacer que me quieras, aunque eso no esté en mis manos sino en las del destino, pero si sólo puedo hacer que pienses en mi , podré vivir eternamente."


.- Empiezo a transpirar, mi respiración es entrecortada, mis manos tiemblan, pero debo seguir escribiendo...

"Dime ¿por qué te amo?, ¿por qué pienso en ti?, ¿por qué despiertas en mi los más bajos instintos y a la vez toda mi ternura?, ¿por qué me esclavizas a esta maldita máquina?, siendo que mi único deseo es vivir en libertad junto a ti, ¿cómo es posible que todo mi mundo se haya reducido a ti?, que absolutamente todo en mi vida sea pensar en ti. ¿Por qué este maldito masoquismo?, ¿por qué ese dolor, ese dolor que busco por propio gusto?, ese dolor que me causa pensarte y no tenerte."

.- Llorando abro el cajón de mi escritorio, y tomo mi arma, la cual con mucha delicadeza dejo a la derecha de mi máquina, al momento las lágrimas de mis ojos se secan y continuo asesinándome...

"Dime ¿por qué te amo?, y me liberaras de este castigo, ¿cómo es que me enamoré sin conocerte siquiera?. En este momento sólo puedo pensar que me he vuelto loco y la única medicina para mi locura es tu amor. Desvarío, y no puedo imaginarte, no recuerdo tu rostro, mi vida ya no tiene sentido, te amaré por siempre."

Comencé a llorar una vez más, podía sentir como mis manos temblaban, observé otra vez el arma, la tomé con mi mano derecha y la apunté a mi cien, el cañón estaba frío, una gota de helado sudor corrió por mi espalda, mi garganta estaba seca, mi dedo se deslizó sobre el gatillo, y acariciándolo suavemente comenzó a presionarlo, pude apreciar el ruido del tambor al correr y cuando terminó de girar, cerrando mis ojos pude escuchar el estruendoso .....cilck, sí, el arma estaba descargada. En ese momento me di cuenta de lo que hacía, si el pequeño percutor hubiera encontrado una bala en su camino, ésta se hubiera llevado mi vida, que aunque destruida vale mucho más de lo que pienso. Tal vez tu amor no me corresponda, pero con cobardía no lograré nada, es más, en lo más profundo de mi locura he descubierto algo muy importante, aun estoy cuerdo.

~Enerone

No hay comentarios.:

Publicar un comentario