lunes, 11 de diciembre de 2017

El Pibe Trosco

Quizás fuera su lugar en la vida, quizás su momento, se había comenzado a plantear un sinfín de cosas, había comenzado a levantar las faldas de la realidad social, había casi entendido con desagrado como los engranajes del mundo se engrasaban con sangre creyente.

Debajo de la realidad hay un lugar yermo que solo habitan los verdaderos dueños de los estados, los estrategas que mantienen el mundo habitado, que balancean el poder, que trafican con drogas, armas, gente o peor aún, con almas y perdones. Ellos dicen y mueven las guerras y los males, mientras los pobres mortales, creemos y votamos a monos que esperan exultantes las ordenes de los dueños del circo.

Y cada vez que renunciaba a la verdad y volvía a la realidad
se sentía sucio al revolcarse en el conformismo de quienes se creen esa historia, ese orden social del que sólo podés escapar dejando de ser un ser social, es decir.... dejando de ser....o_O

Y mirando al futuro deseó ver un humano colaborando, creyendo que el bien común lleva al bien propio y que contribuyendo realmente se progresa más que compitiendo.

Pero mientras pensaba en todo, caminando hacia el trabajo, levanto su cabeza y pudo ver como se acercaban a él un mendigo llevando su vida en un carro de supermercado y hablando sólo con alguien imaginario y junto a él, un tipo de traje, alto, pulcro y con un muy pequeño micrófono en su oído, hablando... aparentemente sólo. Y en ese momento entendió a qué era funcional esa capa de la realidad.... Locura, simple y llana locura. Es funcional a la necesidad de mantener a todos los niveles de la sociedad en un estado de psicosis.

Y así mantenerun mundo donde tratar es mejor que curar, dónde se compite y se descarta al segundo....al segundo mejor?... donde los ancianos son una carga y no una ventaja. Dónde se destruyen árboles para hacer papel, para hacer dinero. Podremos respirar dinero?


La locura manda en este reino, en esta construcción social en la que las cosas que están bien vistas en un lugar del mundo, no lo están tanto en el otro. Dónde los medios dirigen el humor de los pueblos a voluntad y mueven la maquina de dinero indignando a gente que cree que comprando y acumulando se da una palmada en la espalda,.... por soportar tanta mierda.

El pibe comenzó a pensar y se dio cuenta que si seguía en esa espiral se iba a terminar perdiendo. Así decidió que se permitiría los lujos de la realidad, pero ojo! profesando su decadencia y predicando a veces por lo bajo y a veces a viva voz su anhelo por mostrar el fervor social de su corazón.

Se puso sus auriculares y acompañado por los Rolling Stones, siguió su camino entendiendo que ahora él era un Pibe Trosco.


El juglar




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