Juan!!!, Juan!!!... ahí
vienen los gurcas, ayúdame no puedo moverme, no, no,
nooooooo!!!!.....
Sudando volví a despertarme
sobre la fría banca de esta plaza, su voz resonando en mis oídos,
me atraviesa el corazón como mil dagas que sin piedad recuerdan
que no pude salvarlo, que ese nene de 18 años no volvió a respirar
porque no fui lo suficientemente rápido.
Pero recibí mi merecido
porque junto con él se fue mi pierna y cada noche en cada sueño
también se va mi vida. Sólo masticando esta porquería puedo
alejarme, al menos un poco del dolor, de la desesperación que me
causa la indigencia, de la desilusión que de a poco se convierte en
resignación al ver que a nadie le importa que yo haya arriesgado mi
vida, que cada vez que alguien me observa baja la mirada y acelera
el paso, sintiendo lástima, ¿quiénes se piensan que son?, ¿qué
derecho tienen a sentir pena por mi?
Aunque no haya recibido nada
a cambio lo que hice lo hice por mi patria, lo hice porque en mi
pecho yace ondeando la azul y blanco, y en lo más profundo de mi
corazón aun fulgura el orgulloso sol, que sabe lo que hice y dejé
de hacer.
Pero hay algo que no entiendo,
si yo le di mi pierna y mi futuro a la patria, ¿por qué al menos no
soy dueño de mi propia dignidad?, ¿por qué mis huesos se hielan a
la intemperie?, ¿por qué tengo miedo de que la poli me cague a
palos?, ¿por qué no puedo dejar esta basura que me envenena y
adormece los pocos sentidos que me quedaron?, ¿Estamos aún en
guerra?
Todavía suelo verlos,
escondidos tras los arbustos, agazapados, esperando que yo les de la
espalda, para poder calentarse las manos con mi sangre, pero no los
voy a dejar.....
¿ Qué habrá sido de mi
novia?, ella era tan hermosa, era todo lo que tenía en este mundo,
recuerdo que le dije, .- me voy para que el día de mañana nuestros
hijos puedan disfrutar de una patria con su nombre, para que al alzar
su cabeza cuando saluden a nuestra bandera cada amanecer, puedan
seguir confundiéndola con el cielo.-, sí, eso le dije, y me fui,
dejándola con una esperanza de vida juntos. Y cuando volví, ya no
estaba, nunca volví a verla. Intenté reponerme, laburar, pero nadie
quiso a un discapacitado, a un inútil de una sola pierna, que sólo
había perdido su vida para que otros pudieran vivir en libertad.
Hoy tan sólo puedo sobrevivir
gracias a esa gente que miserablemente me tiene pena, y me tira las
pocas monedas que le rompen los bolsillos, con las cuales compro esa
basura que me quita el dolor. A veces pienso bajo esta noche sin
estrellas, que afortunado fuiste nene, al morir a manos de los
bárbaros de otras tierras. Porque tu muerte fue rápida, y
seguramente te lloraron, mientras a mi me escupen por el sólo hecho
de haber sobrevivido, y ¿sabés qué es lo peor?, que hasta yo me
tengo lástima, porque esta vida, ya no es vida, y a diferencia de tu
suerte a mi, me están matando mis hermanos.
~Enerone
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