Increíble sensación, que me
transportas entre tus ríos de fuego, permíteme bañarte en el sudor
de mis venas. Llévame entre las lenguas de tu lívido, hacia el más
distante de los parajes, hacia donde mi cuerpo pueda asfixiarse en un
millón de orgasmos, hacia donde un eclipse de luna encienda en mi
interior el poder de la pasión.
Permite que mi
mente vuele, que nada me encierre entre estúpidos tabúes que
denoten la irracionalidad de mis genes, déjame descubrir todos los
caminos hacia los que lleva tu senda. Dame esa paz que transmite el
tener las vertientes de ese agridulce néctar que parte de sus
entrañas y que lubrica mi imaginación, para verla como esa fruta
prohibida que me condenará a salir del paraíso, y a vivir entre los
deseos de la carne, los hermosos deseos de la carne.
Masturba mi cuerpo
y déjame conocerme, conocer los confines de mi conciencia, conocer
mi cuerpo, el cual está fabricado para brindar y brindarme placer.
Has que mi alma se regocije entre las sensaciones de lo que no se
debe, que mi perversidad se convierta en experiencia y no en culpa,
que mi alma se libere en tu mundo y se deje llevar por esa guía de
placeres no permitidos, que encriptados por mi raza, por miedo a
liberar la verdadera conciencia, me fueron ocultados por
generaciones. Saco de emociones que en tu espalda llevas la vida del
mundo, que le das camino al génesis, y eres la llave de la
concepción, no permitas que te encasillen entre penumbras de temor,
ilumina con tu luz a los pobres estúpidos que no saben o se prohíben
el saber de tus maravillas.
Sin ti no existe
más que la nada, sin tus influjos sobre la piel de quien desea ya no
hay deseo, porque eres enorme y controlas, porque sin tu vos no
existe el culminante grito, ese grito que genera un segundo de paz,
y termina en una gota de sudor que rueda por la frente y se mezcla
con el sudor ajeno.
Quiero saber, lo
necesito, debo experimentarte en todas tus formas, o quizás en la
única, en esa única inconsciencia que liberará mi cabeza de
antiguas censuras. Eres único, porque conjugas el odio, el amor, la
resignación, el egoísmo, la entrega, la seducción, la carne, la
pasión y nos entregas el placer del clímax ajeno, de ese vuelo
elitista que acompañado por un beso nos lleva al zenit de lo
inexplicable.
Hoy solo se que
estás y estarás por siempre en el ayer y en el mañana de un
presente alucinante en el cual el deseo siempre carcomerá mi
interior hasta saciar su sed en ese río de fuego, que liberará en
mis venas todo el poder de la vida.
~Enerone
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